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Archive for the ‘Calixto:perro peregrino’ Category

Para los que no conocimos a Calixto, esta foto podría darnos una idea.
A raiz de la publicación de «Santiago,el perro guia» llegó a mis manos,gracias a «Nomada», seudónimo,con el que aparece en el «foro»,la historia de Calixto,el «perro peregrino» de San Juan de Ortega.En este caso,no tuve la misma suerte que con «Santiago»,ya que no llegue a conocerle.Sus andanzas por el Camino,se remonta a la primera mitad de la década de los noventa,época en que los «móviles» y las «camaras digitales» estaban en sus comienzos,lo que hace más dificil encontrar alguna foto suya.

Según Santiago,otro peregrino,tenía un compañero mas jovén, que creo, se llamaba Hasan.Ambos eran propiedad de Luis, un «Señor», que vivía entre el bar de Marcela y el albergue. Siempre tenía la lumbre encendida, el porrón lleno, y un puñado de nueces, que compartia con los Peregrinos que se acercaban a su casa,

Los perros no se llevaban nada bien. Cuestión de celos. Y los dos acompañaban a los peregrinos desde San Juan de Ortega a Burgos.Desgraciadamente han muerto los tres: Luis, Calixto y Hasan.San Juan de Ortega, esta muy triste y de luto. Faltan el Padre Jose María , Luis y los dos perros.

………………..y ésta es la historia de Calixto, era «perro peregrino», como constaba en la chapa de su plateado collar. Vivía en San Juan de Ortega. Su colchoneta particular, que la tenía, ocupaba un lugar de honor bajo la arcada que daba paso a lo que queda del antiguo monasterio, junto al Bar de Marce. Era bajo; pero robusto, una especie de perdiguero de Burgos, muy parecido aquéllos que anunciaban antaño los Hush Puppies, patas cortas, orejas muy largas, cuerpo fuerte y alargado, y unos ojos entre amistosos y tristes, grandes, oscuros. Le gustaba andar entre peregrinos, siempre pillando algo de cada uno de ellos, aquí un cacho de bocata, allí un trozo de fruta, todo le venía bien…

Pasaba la tarde alegrando la vida de los caminantes, remoloneando de un lugar a otro, dejándose acariciar por todos y repartiendo algún que otro lametón amistoso. Era una suerte dormir a su lado, en las cálidas noches de verano, bajo el arco, aguantando sus regurales ronquidos, porque……… roncaba, como buen andarín que era…
Pero cuando Calixto daba la talla era por la mañana. Sin prisa, se desperezaba y elegía compañía entre los peregrinos que se ponían en marcha hacia Burgos. Y allá que se iba, tan pimpante, con el rabo tieso caminando entre los carrascos, y no paraba hasta las primeras naves industriales a la entrada de Burgos.
Allí, indefectiblemente, se sentaba tranquilamente y esperba, hasta que algún taxista, que le conocían ya sobradamente, tenía a bien subirlo en su vehículo y transportarlo de vuelta a S.Juan de Ortega donde comenzaba de nuevo la misma historia, día tras día…
Buen amigo de los caminantes y Peregrino de Honor por vocación, mi admiración y respeto por Calixto, perro peregrino.

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